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Nadie dijo que ser madre fuera f�cil, ni dif�cil he de a�adir. Pero lo que sin duda nadie mencion� fue la maldici�n de las madres. �Existe realmente? �Surten efecto las palabras malintencionadas que desean nuestras progenitoras en momentos de tensi�n?S�, en alg�n momento hemos escuchado a lo largo de nuestra infancia eso de Ojal� tengas un hijo como t�, por entonces yo cre�a ciegamente que ser�a un regalo y respond�a con un: Pues seguro que lo entender�a. S�, eso pensaba. �Qu� equivocada estaba entonces! Y, qu� perdida estoy ahora. No estaba preparada para tener a Rodrigo, un hijo igual... que mi marido cuando era peque�o, un ni�o inquieto y un aut�ntico trasto o, lo que es peor, dos. Porque Hugo, �en menudos aprietos me ha metido!��Qui�n me mandar�a a m� repetir...?!No hay dos d�as iguales. Siempre entretenida, rodeada de alboroto, sin tiempo para la relajaci�n, pues alrededor de un ni�o las cosas se rompen misteriosamente o desaparecen, pero sin duda no hay nada m�s aterrador que escuchar el silencio. Ese momento de inusual calma que hace que te acuerdes de todos sus ancestros.La maldici�n perdura a trav�s de las generaciones y desata su furia cuando menos te lo esperas. Pero el peligro real llega cuando confluyen las maldiciones de varias madres. Entonces, puede generar un aut�ntico tornado de consecuencias imprevisibles.

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9798744540708

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