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"La insurrección marxista en Estados Unidos: Desde la formación de la Unión Soviética y su papel de liderazgo como principal exportador mundial de subversión comunista, la lógica marxista de la ""lucha de clases"" aplicada en Estados Unidos se concentró en las relaciones raciales como una de sus principales estrategias. La comunidad negra estadounidense fue prioritaria y objetivo de Moscú. Mientras el comunismo establecía un movimiento activo en suelo estadounidense, su sistema de creencias antitético era, en su mayoría, una secta influyente y peligrosa, pero marginal en cuanto a aceptación social. El trabajo de los marxistas, que destacaban la cultura por encima de la economía como principal constructor social y político, empezó a tener más relevancia en Estados Unidos a finales de la década de 1950. La contracultura de los años sesenta estaba impregnada de la obra de comunistas alemanes, italianos y franceses como Herbert Marcuse, Max Horkheimer, Theodor Adorno, Antonio Gramsci y Michel Foucault. Esto dio lugar al nacimiento de una clase intelectual estadounidense que mezcló las especificidades identitarias de raza, sexo y género con el desarrollo de principios marxistas culturales autóctonos en la década de 1970. La presidencia de Barack Obama hizo mucho por infundir de forma exhaustiva en la cultura estadounidense estos cánones que se apuntalaban epistemológicamente con las postulaciones de la Teoría Crítica de la Escuela de Fráncfort, un centro de pensamiento marxista, y se fundían dentro de un marco posmoderno. Se estaba logrando rápidamente, pero sin fanfarria y oculto en la verborrea del ""cambio"". La emulación de la metodología socialista fabiana era real. La muerte de George Floyd, un exconvicto negro estadounidense que murió al resistirse a ser arrestado bajo la custodia de un policía blanco en 2020, llevó la ""revolución"" socialista a un nivel totalmente más visible y violento. Lo que siguió a la desafortunada muerte de Floyd fue una violencia y anarquía generalizadas que se manifestaron en disturbios, saqueos, incendios provocados y asesinatos y lesiones de civiles inocentes y agentes de seguridad pública. La intención de estos actos conectados de rebelión coordinada, como expresaron públicamente Black Lives Matter y Antifa, ambos movimientos marxistas y principales organizadores de la revuelta, era un llamamiento al cambio sistémico. Podría decirse que esto se ajusta a la descripción de una insurrección. El propósito de este libro es rastrear los acontecimientos directos y relacionados de la tumultuosa primavera y verano de 2020 y su continuo impacto."

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9798379296421

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