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OverviewNos limitamos aqu� a destripar el periodismo, las profundas cotas de bajeza que ha alcanzado. Por ejemplo, en qu� telediario se dan noticias reales, m�s all� de retransmitir la en�sima fiesta popular con una media sonrisa de la reportera a pleno pulm�n. Se trata de adormecer la conciencia, de idiotizar con circos banales, de divulgar que votar tiene sentido, de fomentar el ego�smo, de que las compras no decaigan, de que sepamos que, si no tragamos, la cosa puede ser peor, m�s paro si no te bajan el sueldo, invasi�n si no mantienen la guerra, la muerte entre violentos estertores si no te pones la inyecci�n, si no asistes a la espeluznante homil�a diaria de la Nueva Realidad, si no ingieres tu dosis peri�dica de propaganda. Los dos grandes llevan casi cincuenta a�os salt�ndose la Constituci�n y aqu� no pasa nada. En Europa elegimos a qu� eurodiputados les van a soplar los lobby en la oreja. Se denomin� cansancio pand�mico a la l�gica (o sentido com�n) crepitando en las v�sceras de algunos insensatos. Hablar del tiempo ya se considera como el m�s importante de los temas a tratar en los medios. El exceso de publicidad est� contribuyendo a doblegar la atenci�n, a distraer la concentraci�n, a retrasar las entendederas, a hacer vivir a la gente en un estado de realidad simulada, de verdad inflada, de mentira tolerada. Un ni�o encuentra una medusa en la playa y da trabajo as� a ocho periodistas. La Real Academia del Lenguaje Implosivo ha dictaminado que ya no se podr� hablar de sonrisas verticales por resultar discriminatorio para las chinas. El lenguaje implosivo y la neolengua socialdem�crata continuar�n su viaje hacia el abismo. En sus manos est�, digerir estas informaciones o tragar con las otras. Ya no se trabajan los anuncios de prostituci�n por palabras, ahora se estila la prostituci�n por palabras, a secas. Los miedos de comunicaci�n son los que facilitan todos los enjuagues, los que instalan en la mente de la gente la idea de que la normalidad es que bancos, farmac�uticas, armament�sticas, tecnol�gicas, se queden con todo nuestro dinero con voracidad sin l�mite; que la normalidad es ladear la cabeza con una sonrisa c�mplice ante los dispendios de la familia real. La normalidad es conocer qu� tiempo est� haciendo en un chiringuito en Valencia, porque as� todos somos un poco los comensales de ese chiringuito. El exceso de ruido en Espa�a tambi�n es escandalosamente silenciado por los miedos de comunicaci�n. Qu� se puede esperar de un pa�s que consume mierda intelectual de este calibre a trav�s de la televisi�n. El f�tbol est� conformado y financiado para domar multitudes. Los programas de la tele est�n llenos de luces, de gritos, de presentadores que tratan al espectador como si fuera imb�cil. Hay un puter�o de famosetes quemados por el sol y la aristocracia contin�a, en este siglo infausto, en el balc�n de saludar. Si alguien se siente un poco ofendido por esta recopilaci�n se debe a la falta de pericia del redactor, la intenci�n es que se sientan todos muy ofendidos. La gente sumisa va a su misa de ocho (telediario). Un mundo anegado de publicidad y propaganda es un mundo donde domina la mentira, por definici�n. Es evidente que el sedentarismo, el voto �til, la grasa superflua, la dictadura de los mercados, las dolencias mentales, los videntes de la tele y la libertad carajo est�n �ntimamente relacionados. Esto no da para m�s, ni esta ciudadan�a, ni estos capitales, ni este libro. Full Product DetailsAuthor: Benjam�n N��ez de JaimePublisher: Independently Published Imprint: Independently Published Dimensions: Width: 15.20cm , Height: 0.70cm , Length: 22.90cm Weight: 0.191kg ISBN: 9798333043757Pages: 136 Publication Date: 14 July 2024 Audience: General/trade , General Format: Paperback Publisher's Status: Active Availability: In Print This item will be ordered in for you from one of our suppliers. Upon receipt, we will promptly dispatch it out to you. For in store availability, please contact us. Table of ContentsReviewsAuthor InformationTab Content 6Author Website:Countries AvailableAll regions |